Relatos, escritos, vivencias

sábado, 22 de octubre de 2016

Cuestionando la política

Uno que es parco en muchas materias, vislumbra con cierta amargura la política española.  Después de dos elecciones generales, parece ser que estos, nuestros políticos, siguen sin ver que la sociedad está muy dividida y que es hora de pactar. Si, de pactar.  Y ahí entra mi amargura.   El PP, partido más votado por los españoles, salpicado por la corrupción propuso un gran pacto que fue rechazado por el 2 partido más votado, el PSOE, salpicado también por la corrupción y actualmente fragmentado.  Un tercer partido que se valió de la calle para llegar a donde está  (y lícito por tanto incompetente y chorizo) y que más allá de sus ideas (para mi obsoletas) proponía un cambio y el fin del bipartidusmo con una nueva forma de ver la democracia, o no, porque me recuerdan a tiempos en otros países donde la  historia les juzgo y puso en su lugar, y una cuarta fuerza denominada de centro, que hizo pactos puntuales de gobierno tanto con Pedro Sánchez como con Mariano Rajoy, unos pasos que van más allá de ideales políticos y que sirven para ver que, al igual que en la época de la transición y a pesar de tener ideales diferentes, se pactan acuerdos por el interés general (y sobre todo sin entrar a formar parte del gobierno).

Unos proponen una gran coalucion de izquierdas, otros pactos de gobierno, otros abstenerse y ser oposición firme, y  otros no es no y a terceras elecciones. 

En mi modesta opinión, estoy harto. Por políticos corruptos, por políticos incendiarios , por políticos que sólo piensan en intereses partidistas y de sus electores y por políticos que tendrían que haberse ido por dignidad política. 

Y así estamos, muy pocos son los que piensan que es hora de comenzar una nueva etapa. Muchos son los que piensan que la calle es la batalla, y muchos son los que piensan que antes de pactar y buscar soluciones nos vamos a terceras elecciones.  Al final, con una ley electoral incomprensible en el siglo XXI, una política politizada y con nula independencia, me lleva a recordar tiempos donde la mecha estaba encendía muy cerca del polvorín.  Elijan ustedes si quieren incendios y explosiones o de una santa vez nos ponemos a trabajar.

Yo ya he elegido camino y ya trabajo para todos.






lunes, 17 de octubre de 2016

Sueños...

Esta mañana, quise quitarme la presión que conllevan dos elecciones generales en seis meses... Y nada mejor que abrir el "cara libro" para perderme buscando fotos nuevas de amigas "macizorras", cotilleos, o buscar entre el género femenino nuevas posibilidades de conquistas.  

Pues bien, con la misma tablet en la que este, vuestro servidor, compone sus textos de la mejor manera que sabe, abrí la aplicación en concreto para explorar ese amplio mundo femenino donde echar el anzuelo, y pescar algo en este lunes aciago e intenso (acaba de pasar un coche con altavoces a tope publicitando no se que de un tipo con coletas). Perdonen vuestras mercedes pero el macho y la política estamos regañados, y salvo mi "atleti" y la conquista de bellas mozas allende los mares, todo lo demás, me la refanfinfla.

Pues bien. Nada más abrir el "caralibro" lo primero que me sale es una secuencia de una película que en su momento no me gustó, pero que cada vez que escucho alguna de sus canciones y veo alguna secuencia, como que me pone ñoño.  Y eso ha conseguido nuevamente. Ver al desaparecido Patrick Swayze bailar más tieso que el palo de una vela junto a la inocente y virginal  Jennifer Grey (no será esta la madre de el Grey de los cojones) me han echo retroceder casi 30 años. Mi cerebro (bueno no vamos a mentir, Internet) me han llevado al año 1987.  Que año aquel...

Con 17 castañas este era un autentico "tronchamozas". Allá donde ponía el ojo, pájara a la cazuela, y ya no digamos de señoras madres de amigos (eso lo contaré más adelante pues no quiero perder su condición traumáticamente). Pero lo que más me llena de nostalgia es la capacidad que tenía de soñar.  A mis 46 castañas no he perdido esa condición, y sueño aún con muchísimas gestas que les quiero confesar, porque, y a pesar de enfocar la vida con el mejor de los vientos para mi barco, vivimos una vida demasiado guiada dependiendo del rumbo en el que vire esta sociedad. 

Una vez escuche decir a alguien que tengo en muy buena estima,  que el mundo es para quien lo sueña y no para quien lo vive y deambula sin más, sin pena ni gloria, que la vida si se vive lineal y recta no es vida, que la caminos son mejores y especiales si se encuentran baches, piedras y charcos y te las ingenuas para pasarlos, que hay que ver gigantes y no molinos... 



Y todo eso tiene un por qué. Pues bien, este quiere seguir teniendo el cielo sobre su cabeza y un camino bajo sus pies para seguir construyendo huellas, necesito noches de estrellas para guiarme en los caminos, un barco con velas y navegar sin rumbo... quiero ser Richard Gere en "Oficial y Caballero" y tener un final de amor como ese. Quiero ser Aragor, hijo de Arathorn, heredero de Isildur y del trono de Gondor, señor de los Dunedain, apodado Trancos, Capitán de los Montaraces del Norte. Quiero ser John Nieve, Lord comandante de la guardia de la noche, bastardo de mi padre y con mi lobo pegado a mi derecha siempre, y batallar hasta la extenuación. Quiero ver auroras boreales, caminar por la muralla china, perderme por el gran cañón del colorado, volar en alta delta, caminar junto a mi hijo en un camino de santiago... 


Pero lo que más quiero es vivir, porque la vida está echa para ello, porque quien tienta morirá sabiendo que lo intento todo, y no me gustaría que el día que la parca venga a por mi, tenga que irme al otro barrio sabiendo que no hice algo por miedo...

Y quiero morir como soy, como macho ibérico, porque sin este último hombre de esta estirpe, que sería de ustedes, bellas doncellas de sueños (algunos hasta eróticos),  y de finales felices, como tantas y tantas  historias de amor  que los libros, canciones y películas tienen a ustedes como protagonistas.



SUEÑOS...

https://youtu.be/3iTia2vPfTs